El teatro se convierte en la plaza de un pueblo para despedir el verano con las fiestas patronales que el vecindario lleva esperando todo el año. Cuando la pólvora de los petardos, las cumbias de la orquesta y el coñac del Bar La Esquina se acaben, se sentarán a respirar para darse cuenta de lo necesario que es ausentarse un rato de la realidad para poder seguir adelante.
Una fiesta teatral protagonizada por Maribel Salas a ritmo de Raffaella Carrá
Una comedia honesta en un espacio ajeno al mundo, libre de problemas, en el que no pasa nada. Porque, a veces, lo que una necesita es precisamente eso: que no pase na-da.
* El espectáculo contiene algunos números en los que se utilizan luces estroboscópicas que pueden acentuar y ser un riesgo para los usuarios que sufran de ataques epilépticos.